Crítica | Horns: Menos es más

Crítica | Horns: Menos es más
Bison
[Independiente]
★ ★ 
 
Horns llega con la vitola de nueva fuerza de la escena musical dominicana, de promesa rock/alternative/stoner y con tales expectativas lo mínimo es cubrir el expediente y tener un algo especial, diferenciado, que les eleve por encima de la banda promedio. El nivel lo tienen y sus directos son posiblemente su hábitat ideal, pero llegada la hora de la lupa es en el trabajo de estudio donde se quedan al descubierto virtudes y defectos que no se pueden enmascarar con la sudorosa adrenalina de las tablas (sí, el disco de estudio es donde la composición pura y dura queda al desnudo).
 
Bison es el nuevo trabajo de esta fibrosa banda dominicana y su escucha a bote pronto, impacta. A la segunda deja  más sombras que luces, reforzadas las primeras por las sucesivas vueltas del tracklist.
 
Thirteen es la breve intro de menos de un minuto, amenazadora, reptante, con un bajo rugoso y ecos lejanos que funcionan a la perfección. Vulgar es una revisión del clásico ritmo rock n’ roll, con la primera –non grata– sorpresa: La voz está tan alterada, incluso maltratada a nivel de producción, que roza el sabotaje; seguramente con un trabajo vocal más natural el oro se habría asegurado.
 
Wolves mantiene la hoja de ruta por el territorio fronterizo entre el rock alternativo y el stoner, pero sigue el despropósito en el tratamiento de las voces. Queda bajo mínimos cualquier naturalidad para una propuesta que instrumentalmente es tan orgánica. With baja las revoluciones, siendo el primer tema donde la voz, por lo menos inicialmente, sí cuadra y parece redondear el efecto con éxito. Los versos spoken word funcionan, pero los gritos intermedios nos regresan al efecto anti-natura ya descrito anteriormente. Y no nos confundamos, no es un desconocimiento del matiz estridente tan propio del género; es que el grito no debe ser solo porque sí, ahí también debe residir arte, control y sentido de la oportunidad en lo que compete a la contención/liberación (un maestro en esto es el señor Iggy Pop y su colosal manejo de los extremos vocales).
 
Six Hundred es frenética, musicalmente contundente, incluso el recurrente artificio en las voces aquí molesta menos y parece acomodarse mejor a la estructura sonora. Esta es sin duda la canción más completa del disco. Deathlazers es más de lo mismo: Voz desbocada, incluso descontrolada, sobre una jauría de lobos en las guitarras.
Bison deja con la sensación que lo que se hace con las manos (una portentosa demostración de poderío instrumental) se destruye con los pies (voces muy poco aprovechadas, incluso arruinadas por la producción). Menos es más, en el rock n’ roll y en todo. Esa es una ley de vida que no suele fallar y esta no ha sido la excepción.



 

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