Coque Malla sigue siendo Irrepetible

Teresa Cerón López, nuestra nueva firma invitada, nos lleva de la mano a la experiencia sonora y visual de Irrepetible de Coque Malla
[Teresa Cerón López] @ecosdelvinilo

Que Coque Malla es una de las figuras más importantes del rock patrio no es ninguna novedad a estas alturas de la película. Que Malla sea el Keith Richards particular de muchos de nosotros, tampoco. Lo que sí es novedad, es su último disco. Se llama Irrepetible y es el primero que nuestro artista saca en directo.

Contiene dieciocho canciones grabadas en vivo en el Nuevo Teatro Alcalá (lugar del que Coque guarda fabulosos recuerdos de juegos entre bambalinas en su niñez) el seis de junio de 2017. Rodeado por su público más fiel y un puñado de buenos amigos, tras casi más de dos décadas de carrera como solista. Carrera que a juicio de la que aquí escribe, se consolida tras la publicación de El Último Hombre en la Tierra (Warner) su último trabajo de estudio hasta la fecha (2016) y con el que Coque ha estado girando sin descanso cerca de dos años.

Tras la primera escucha y visionado del disco, uno se percata que Irrepetible es la puesta en escena de su cancionero  más reciente, concebido tal y cómo se desarrolló en el estudio de grabación. Contiene cuerdas. Contiene metales precisos y la magistral batuta de su hermano Miguel Malla. El show abre sus puertas con los primeros compases de la taladrante Escúchame. Mientras Malla presenta a sus fieles escuderos (David Lads, Toni Brunet, Gabriel Marijuan y Héctor Rojo), nos escupe uno de los versos más mordaces que haya escrito jamás: “Soy el mismo. Me duele igual que a ti. No te lo puedo contar porque no paras de hablar”.

Para continuar con la confesional Quiero volverte a ver, que junto a Berlín y Hace tiempo, conforman las perlas que más brillan del mítico La hora de los gigantes disco con el que el autor de No puedo vivir sin ti demostró que tenía muchas y diferentes formas de afrontar los cambios personales y musicales que estaba sufriendo.

Sin apenas darnos cuenta, salta al escenario la primera colaboración de la noche a cargo del uruguayo Jorge Drexler, el cual toma las riendas de Santo, santo hasta hacer de la canción un pequeño rinconcito luminoso, dulce y muy acogedor. La suave voz de Drexler empasta a las mil maravillas con la de Coque y se hace notable desde la primera estrofa que comparten.

Es complicado ver al hijo de la desaparecida Amparo Valle en el centro del escenario interpretando la siguiente canción, La carta, y no imaginar la figura de su madre protegiéndolo y compartiendo intensidad y poesía como ya hizo en Mujeres con su hijo. 

Amable Rodríguez es el segundo gran amigo invitado. Amable es rock y se palpa en la fronteriza Todo el mundo arde. Una versión que en Irrepetible va de menos a más. Es una afilada crítica social que nos devuelve al Coque más rebelde y contestatario. Es fantástico comprobar que entre las dieciocho joyas que nos regala el disco, se encuentra la casi olvidada y no por ello menos bella Pétalos, sonrisas y desastres, antepenúltima canción de El Último Hombre en la Tierra y poco rodada en vivo.

El mediático Dani Martín defiende con descaro y frescura la archiconocida Guárdalo en claro homenaje a sus  Ronaldos del alma, y el lesbiano Santi Balmes adapta para goce personal Termonuclear. Santi confecciona el tema. Lo engulle y tritura con apetito felino. Particularmente, creo que es uno de los puntos más álgidos y redondos que nos regaló la noche.




Grata sorpresa la presencia del mágico Neil Hannon. Por fin  hace justicia a My beautiful monster con su personal voz y en su personal estilo de moverse por el escenario, mientras los fans de antaño de Coque, recordamos que el tema formaba parte de una peli de terror para la que se le encargó la banda sonora y que finalmente, terminó en el más absoluto olvido, siendo My Beautiful Monster lo único digno de ser recordado. Con Absent friends, las cuerdas, guitarras y la química entre Malla y Hannon nos transportan a un mundo de ensueño con la música y las palmas entusiasmadas del público como telón de fondo.

Sin lugar a dudas, Me dejó marchar es la piedra angular de Irrepetible. Iván Ferreiro es en palabras de Coque Malla “un amigo de verdad,de los que con una frase te cambian la vida”. Nadie mejor que Ferreiro para defender Me dejó Marchar. Porque cuando ves a estos dos monstruos sobre el escenario hablar de amor y muerte, compruebas cómo se compenetran y ayudan con solo una mirada, entiendes que Coque no pensara en otra persona más que en el amigo que mejor lo entendió en el peor momento de su vida.

La comunión entre artista y público se ve reflejada en la archiconocida No puedo vivir sin ti.El himno al amor más celebrado por el público del madrileño. La mujer sin llave es presentada como el principio de una carrera en solitario que el propio artista vislumbraba como un horizonte no muy lejano. Y te engancha la nostalgia y la mirada de Malla al cantarla.
El viaje llega a su fin con los versos de La señal: “Tú deberías volver,deberías estar otra vez a mi lado.Yo no debería haberte dejado marchar…”. La honestidad hecha canción cierra un álbum redondo que nos recuerda por qué Coque Malla sigue siendo Irrepetible.





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