Stevie Ray Vaughan: Bluesman versión 1984

“¿Mi secreto? Yo sólo toco”


[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo

SRV fue nada menos que el salvador del blues eléctrico en esa década, en líneas generales tan gris, como lo fueron los ochentas. Su viscerales interpretaciones con esa sufrida Stratocaster entraron en los libros de las leyendas del blues y su temprana muerte fue una de las grandes tragedias de la historia de la música. Porque es de justos recordarle como merece es que les dejamos esta entrevista que concedió a Bill Milkowski de la revista Guitar World, titulada Stevie Ray Vaughan: Hendrix’ White Knight y publicada en mayo de 1984. Fue su primera entrevista para esa publicación y nos revela mucho sobre el momento del guitarrista, tanto en lo humano como en lo musical. SRV es un imprescindible del blues y ese status es vitalicio. 


«En una era donde los gustos musicales se forman con innovaciones tecnológicas, donde se asalta la sensibilidad con arsenales de Linndrums y Fairlights y Mini Moog, resulta increíblemente refrescante ver a alguien tocar directamente desde dentro, como se hizo siempre.

Con su ataque sencillo y su destreza electrificante, Stevie Ray Vaughan ha vuelto a enfocar de nuevo la atención en lo mínimo: una guitarra, un bajo y una batería en un formato twelve-bar básico.

No tiene un espectáculo de luces para dar que hablar, ni humo, ni focos. No lleva la típica indumentaria compuesta de cuero y tachuelas como las bandas más populares del Heavy Metal y no es muy dado a la manipulación de las multitudes, como lo son muchas de las bandas de rock más conocidas. Sin embargo Stevie Ray Vaughan es una auténtica fiera. Quizás la fiera más feroz que haya salido de Dallas desde J.R. Ewing.

Un héroe local desde hace mucho tiempo, en los locales de Austin, Houston, Dallas y Fort Worth, Stevie Ray ondea con orgullo la bandera de Texas por todo el país, agotando entradas de concierto en concierto. Su fórmula no ha cambiado mucho desde sus comienzos más humildes, pero los asiduos más jóvenes de sus conciertos, son insaciables.

¿Su secreto? Steve Ray, un hombre lacónico de voz suave, lo resume en tan solo tres palabras: “yo solo toco”.

Está claro que hay algo más. Aunque a él no le guste reconocerlo, Stevie Ray es quizás el guitarrista eléctrico con base de blues más cercano que hemos tenido desde la desaparición de Jimi Hendrix.

Escuchando el épico álbum debut de Stevie Ray Vaughan, Texas Flood, las similitudes son demasiado aparentes. El corte del título recuerda el poder del blues abrasivo de “Red House” de Jimi, mientras que la tierna balada “Lenny” evoca recuerdos del Hendrix más lírico con “Angel”, “Little Wing” o “Wind Cries Mary.”

La influencia de Hendrix se alza sobre Stevie Ray Vaughn. Sin embargo no se trata de una actuación clon. El tejano de 29 años toca con sinceridad, ofreciendo un homenaje desde el corazón a alguien que obviamente le llegó al alma.


Dice Stevie Ray sobre su álter ego: “Jimi me encantaba muchísimo. Era mucho más que un guitarrista de blues. Él podía hacer cualquier cosa. Yo tenía unos dieciséis años cuando se murió. En esa época ya podía hacer algunas de sus cosillas, pero es en realidad ahora cuando he intentado averigüar lo que hacía, más de lo que lo hacía entonces. Ahora sí que estoy aprendiendo cómo hacerlo y estoy intentando desarrollarlo… aunque no es que se pueda desarrollar mucho más. Pero lo intento.”

Al igual que muchos de los jóvenes entusiastas que acuden a sus actuaciones, Stevie Ray nunca vio actuar a Hendrix en directo. A parte de algunos consejos de iniciación de su hermano mayor Jimmie, nunca tuvo a un mentor que le mostrara el camino. No sabía leer música (sigue sin poder hacerlo), por lo que no pudo aprender técnica alguna de los muchos manuales disponibles en el mercado que diseccionan la técnica de Jimi.

En vez de esto, él se fiaba únicamente de sus oídos y de una asombrosa habilidad para capturar la esencia emocional del estilo de Jimi simplemente escuchando sus discos. Aún sigue confiando en su oído agudo, a día de hoy.

“Eso fue porque no sabía leer música y el resto de la clase llevaba unos ocho o nueve años haciéndolo. La profesora solía sentarse y tocar un acorde de diez notas en el piano y tenías que escribir todas las notas en diez segundos. Simplemente no era capaz. Para mí era más como matemáticas que otra cosa. Y añade, “muchas de las canciones que escribo ahora…no sé ni en que clave están. Tengo que preguntarle a alguien para saberlo. Puedo tocarla, simplemente no puedo nombrarla. Los cambios del jazz y todo eso. No sé los nombres de lo que estoy haciendo.”

Cuando es preguntado sobre cómo comunica sus ideas musicales a los otros miembros de Double Trouble (al batería Chris Layton y al bajista Tommy Shannon), Stevie Ray de nuevo es escueto con sus palabras: “Con esto,” explica, desvelando una grabadora de casete Fostex, recién adquirida, de cuatro pistas. “Ahora puedo grabar canciones y ponérselas a los chicos para que puedan oír justo cómo me gustaría que sonase. El otro día grabé una con dos pistas de guitarra y una de batería. Toqué un poco la batería antes de coger la guitarra y aún me gusta enredar con ella. Así que con este Fostex consigo más o menos lo que quiero, y luego le dejo a los chicos que sigan ellos a partir de ahí”.

Preguntado sobre si su interés reciente por el Fostex podría conducirle eventualmente a experimentar con partes de guitarra múltiple, al estilo de la interpretación de “The Star-Spangled Banner” del Hendrix’ Rainbow Bridge, Stevie Ray se ríe y dice, “ya lo conseguiré…. solo tengo que descubrir cómo funciona este chisme antes.”

A la multitud de jóvenes que acuden en masa a ver esta nueva sensación tejana, Stevie Ray les está proporcionando un enlace vital con algo que ellos no llegaron a conocer. Está continuando el legado de Hendrix. Quizás algunos de estos jóvenes hayan visto fotos de Jimi y quizás hayan visto proyecciones de Monterey Pop o Woodstock o Jimi Plays Berkeley.

Lo que es seguro es que han comprado sus discos. Pero nunca han visto al desaparecido héroe de la guitarra en carne y hueso. Nunca han sentido la electricidad pura que Jimi podía generar. Pero ahora pueden sentir esas emociones a través de Stevie Ray. Su veneración hacia Hendrix se hace mucho más evidente cuando lo ves en acción. Sus interpretaciones de “Voodoo Chile (Slight Return)” y su versión extendida del asombroso clásico de Jimi “Third Stone From the Sun,” están tan cargadas de emoción e infundidas en el puro espíritu Hendrix, que hacen que se te acelere el pulso.

No se trata de un caso descarado de imitación. Es más una continuación que una estafa. El show de Stevie Ray no está calculado fríamente ni tiene una coreografía planeada. No tiene ningún jefe de vestuario que le diga lo que debe ponerse en el escenario, no tiene asesores de imagen manipulando su carrera ni asesores musicales (incluido John Hammond) diciéndole lo que tiene que tocar. Viendo cómo actúa, te da la sensación de que, lo que viste, lo que toca y cómo lo toca es una mera extensión de quién es y de dónde viene.

Según Hammond, el respetado sabio de la industria que hizo posible que el público conociese a talentos como Charlie Christian, Aretha Franklin, Bob Dylan y Bruce Springsteen, “Stevie está en línea con esa gran tradición tejana que es T-Bone Walker. Es una tradición maravillosa. T-Bone, que conocí por vez primera en el 1936, solía hacer lo que Stevie hace ahora… tocar la guitar por detrás del cuello y todo lo demás”.

En una actuación reciente en el Teatro Beacon de Nueva York, Stevie Ray estaba desde luego en su línea clásica de showman-tejano. Cubierto por un kimono japonés de color azul, flojo y acentuado por un montón de pañuelos de seda en colores pastel tirados alrededor del cuello, irradiaba ese carisma extravagante, tan característico del misticismo de Hendrix.

Durante uno de sus números moviditos alzó el brazo y se quitó el omnipresente sombrero negro de ala ancha, tipo Tex-Arx, lo colocó encima de un pie de micrófono cercano como si éste fuera un perchero y procedió a tocar su deteriorada Strat ’59 por detrás de la cabeza mientras se desplazaba arrastrando los pies por todo el escenario. El público enloqueció, muchos abandonaron sus asientos para conseguir llegar al escenario y tener un punto de mira más cercano. Algunos fijaban su miradas en los dedos de Stevie Ray; intentando memorizar sus punteos desesperadamente. Otros simplemente miraban atónitos, hipnotizados por su presencia en el escenario.

Es algo más que puro dominio lo que genera este grado de excitación. Para crear un alboroto así hay un factor-X escondido. Hendrix lo tenía. También lo tiene Stevie Ray, pero es incapaz de explicarlo con palabras, salvo esas tres a las que siempre retorna: “Yo solo toco”.

Siendo alguien al que no le gusta analizar su propio estilo, prefiere hablar sobre la música que escuchaba de niño en Texas y que le ayudó a dar forma a lo que hace hoy en día. “Empecé por intentar copiar los punteos de los discos de Lonnie Mack. Él fue una gran influencia para mí. Y mi hermano mayor Jimmie solía traer discos a casa de B.B. King y Albert Collins y tíos como Hubert Sumlin, Buddy Guy… todos ellos. No escuché tanto de Johnny Winter como hizo mucha gente en Texas. No estoy seguro por qué. Recuerdo ver su foto en los posters por la ciudad y todo eso, pero realmente no lo escuchaba mucho”.

Recuerda haber visto muchas de las bandas de Rhythm n’ Blues locales que eran populares en Dallas, incluyendo a Johnny G and The G-Men y Hank Ballard and The Midnighters (también un favorito del Jimi Hendrix más joven, a quien le encantaban los discos de Hank Ballard, que era de su ciudad natal en Seattle). En alguna ocasión pudo ver a los grandes como B.B., Albert y Freddie King cuando irrumpían en la ciudad. Todo ello fue una parte vital de su educación musical durante sus años de formación en Texas; que tenían mucho más valor para él que escribir en un papel acordes de diez notas.

Otro guitarrista que a Steve Ray le fascina en particular es Django Reinhardt, el fenomenal  guitarrista de tres dedos, de raza gitana, que ayudó a revolucionar el instrumento en los años treinta.

“Para mí, Django y Jimi hacían lo mismo de algún modo. Django lo hacía con una guitarra acústica y Jimi con una eléctrica, utilizando acoples y cosas por el estilo. En vez de utilizar acoples, Django agitaba esas cuerdas como un loco. Y ninguno de ellos tenían nada en lo que basarse… simplemente lo hacían. Django no tenía un libro ni nada parecido que le pudiese guiar. Él escribió el libro. Lo mismo le pasó a Jimi. Nadie hacía ese tipo de cosas electrónicas que él estaba haciendo. Él simplemente lo hacía”.

Además de absorber la esencia del espíritu de Jimi, Stevie también tomó un consejo técnico de Jimi (y de músicos como Otis Rush) montando un puente para zurdos en su Strat ’59. “Me gusta más, para mí tiene más sentido,” dice. “Realmente no tienes ni que cogerlo. Ya está ahí.”

Otras modificaciones en su guitarra principal incluyen un trabajo drástico que le realizó al traste del mástil. “No me gustan los trastes de Fender”, explica. “No soy capaz de coger las cuerdas bien. Los trastes no son lo bastante grandes como para pemitir que me pueda meter bien en ellos. Así que utilizo trastes Jumbo Gibson para bajo. Si no lo hiciese, los gastaría en seguida”.

Ningún catálogo sobre las influencias musicales de Stevie Ray estaría completo si no hiciese mención a su hermano Jimmie, actualmente el guitarrista líder en otra banda que está pegando fuerte en Texas, The Fabulous Thunderbirds. Siendo tres años y medio mayor, Jimmie ejerció una influencia significativa sobre su hermano pequeño. Después de todo, fue Jimmie el que llevaba a casa todos los discos que Stevie podría querer emular y fue él también el que inevitablemente le facilitó a Stevie sus primeros instrumentos.

“Jimmie dejaba sus guitarras por la casa y me avisaba de que no las tocase. Y así fue cómo empecé, básicamente. En realidad quería ser batería, pero no tenía una batería. Así que empecé con lo que tenía al alcance en aquel momento.”

Stevie Ray recuerda una cierta tensión entre los dos cuando tocaba el bajo en la banda de Jimmie, Texas Storm.”Yo era el hermano pequeño, y más por aquel entonces”, dice. “Lo que pasaba es que él estaba avanzando algo más rápido que yo y supongo que lo retrasaba un poco, por lo que aquello no funcionó muy bien. Pero yo creo que entre todos los hermanos hay un período de tiempo en el que el hermano pequeño siempre se mete en el medio. Esos rollos ocurren entre hermanos. El mal rollo no duró entre nosotros, al contrario, ahora nos vemos todo lo que podemos.”

Al mencionarle a Stevie Ray que su hermano mayor ahora presume de él en sus entrevistas, se ríe e insiste, “Pues yo creo que él es mejor guitarrista…..así que.”

Fuente: Guitar World Magazine

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