Las joyas de Steven Tyler

«El cantante principal es como la gallina de los huevos de oro»

[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo
El enfant terrible Steven Tyler tiene respuestas para todo. Desde las «travesuras» que se hacen detrás de los amplificadores -en pleno directo- hasta su admiración por Janis Joplin. Su biografía Does The Noise In My Head Bother You? (Ecco Books/HarperCollins) contiene un rosario de joyas surgidas de las vivencias del Tallarico favorito de todos. Les dejamos un extracto que no dejará a nadie indiferente.


La fama: “La fama es una zorra. Seguramente ya has escuchado esto alguna vez porque es la pura verdad. Es como un caballo sin jinete, es como un perro de dos cabezas oliendo su propio culo, como un gato de un solo ojo mirando de reojo un almacén de pescado. Y además, es el mayor generador de fricción creativa que existe”.
El espacio: “Dios está en los espacios que hay entre la sinapsis [es la una unión intercelular de las neuronas]. Vibrando, pululando, pulsando. Eso es la eternidad, nena”.
Sobre Janis Joplin: “Todo el mundo piensa que Mick [Jagger] es mi héroe, pero lo confieso: es Janis. Los pañuelos en el micrófono, su aullido… Rezumo amor hacia Janis por todos los poros de mi piel. Ella todavía consigue hacerme llorar”.
Su hogar: “No puedo volver a casa. Regreso y no es lo mismo. Es una locura. Da vértigo. Es como si fueras a hacer una visita a tu madre, entraras en la cocina y hubiera una cara diferente”.
La teoría de la evolución: “Mi historia familiar, si nos remontamos 200 años atrás, viene del apellido Tallarico, que procede de Calabria. ¿Y antes de eso? Mis antepasados eran albaneses, egipcios y… etíopes. Seamos sinceros: todos procedemos de África. El ser humano no pudo nacer en un clima frío”.

Groupies: “Practico mucho el sexo oral y me gusta la limpieza. Pero en el pasado estoy seguro de que tuve gonorrea, aunque eso con una inyección de penicilina se arregla y listo. Las enfermedades de transmisión sexual eran una moneda habitual de cambio en esa época. ¿Qué cómo lo evitábamos? ¿Envolviéndola en papel film? Va, si te lavas bien no hay problema”.
Joe Perry: “Somos gemelos polares. Totalmente opuestos. Joe es frío, yo soy caliente como un rayo furioso de azufre. JOE ES ASQUEROSO… Y YO SOY UN GILIPOLLAS. Él es el vaquero con sombrero de ala ancha. Pero maldita sea, ¿es que siempre va a ganar él? ¿Siempre voy a ser yo el pringado?”. 
Las drogas: “Aerosmith era drogas, drogas, drogas y más drogas. ¿Puedes caer más bajo? Sí. ¿Las drogas nos empujaron hacia abajo? Bueno, estamos allí todavía. Pero así es la vida. Lo que realmente nos hace sentir bien a todos los humanos es sujetar un bebé de conejo, que te regalen un cachorro por Navidad… Eso es lo que todos las personas queremos”.
Más groupies: Una dijo: “Hola chicos, somos el Pequeño Club Oral de Annie”. Adelante, dije yo. Después ella siguió: “Nos hemos enseñado las unas a las otras cómo hacer una gran mamada. Así que cuando lo hacemos con estrellas de rock… somos capaces de chupar como nadie lo ha hecho jamás”. Creo que ahora puedo hablar en nombre de todos los machos de la especie: juro que en ese momento me habría cambiado de religión”.
El ego: “El cantante principal es como la gallina de los huevos de oro, la vaca lechera, y en ocasiones al resto del grupo le resulta difícil manejarlo. Saben que no tienen nada que hacer sin su líder, y que cada vez que alguien me apunta con el dedo, también les está apuntando a ellos directamente”. 
Drogas y conciertos: “Joe tenía dosis de cocaína preparadas detrás del escenario y cuando las luces se apagaban iba corriendo hacia allí. Kelly [nuestra asistente] le ponía la pajita en la nariz y él se hacía una raya. Los atracones de coca eran tan descarados que acabamos escondiendo las rayas en los amplificadores de la parte izquierda del escenario”.
El género: “Nunca he dicho que yo sea más femenino que masculino. Lo que yo soy es mitad y mitad. ¿Qué hay mejor que ser la más fuerte de las especies? Quiero decir: las mujeres son seres superiores, ¿o no? Los hombres traen la comida a casa, pero ellas pueden tener hijos y darles de comer de su pecho”.

Aerosmith y los días malos: “Estábamos ciegos de barbitúricos y heroína. Kelly [la asistente] solía enviar a los guardias de seguridad para despertarnos. Llamaban a la puerta y si no contestábamos la tiraban abajo. Nos montaban en las limusinas y al aeropuerto. Así es como conseguían que Joe y yo saliéramos de gira los días malos”. 
Los últimos días del grupo: “Estaba muy borracho, pero recuerdo claramente que iba caminando por la caravana y gritándole a Joe: ‘¡Estás despedido!’. Éramos una pandilla, estábamos muy unidos. Pero yo me enfadé muchísimo. En realidad nunca he golpeado a Joe, pero ese día estuve muy cerca”.
Fuente: Does The Noise In My Head Bother You? (Ecco Books/HarperCollins

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