Entrevista exclusiva con Alan Boguslavsky

«El primer disco que pedí con 4 años fue un sencillo de los Creedence»

[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo

Aprendió a tocar guitarra como muchos (a través de un primo). Fueron Hotel California y Wish You Were Here de las primeras tonadas que salieron de sus dedos. Lo que no es común es lo que el destino le deparaba en el mundo del rock & roll a Alan Boguslavsky, nacido en 1965 en los Angeles, California, pero mexicano de corazón; no en vano a pasado a la historia como El Azteca de Oro (bautizado así por Enrique Bunbury).

Un viaje -mochila y guitarra al hombro- por Europa le aportó ese aprendizaje que no está a en los libros, tocando para ganarse la vida. Esta experiencia le preparó para sus siguientes pasos musicales en México. El Huitlacoche, Kenny y Los Eléctricos… Alan se involucró con diferentes bandas hasta que, en una noche de fiesta, conoció a Pedro Andreu, baterista de Los Héroes del Silencio y el manager de la banda, Pito. La conexión fue instantánea. Eran los días de El Espíritu del Vino, el disco musicalmente más complejo de los Héroes. Sería precisamente lo difícil de su ejecución para el directo lo que motivaría la petición de Juan Valdivia de incorporar a un segundo guitarrista. Una cosa llevó a la otra y terminaron por llamar a Alan en los meses siguientes, solicitando su entrada en la banda. 


El mexicano, más que aprobar una audición, tuvo que superar tres pruebas de iniciación. Ser capaz de liar un porro Catch-A-Fire-size, ganar una partida de ajedrez y soportar una de las juergas etílicas de Valdivia (todo esto está publicado en la biografía de Bunbury, Lo Demás es Silencio, escrita por el periodista Pep Blay). El resto es historia. Grabó como coautor y guitarra rítmica en el disco Avalancha y giró con los maños hasta el final del camino. Posteriormente guiaría de manera brillante el sonido de guitarra del Radical Sonora de Bunbury. Separado del cantante en la preproducción de Pequeño, ha seguido un camino itinerante que le ha llevado a tocar en su prometedor proyecto Bogusflow (con Copi, Ramón Gacías y Del Morán), así como la edición, bajo su nombre, del hermoso trabajo The Art Of Waiting. En el 2008 editó el álbum Flautas Lakotas, dándole un giro total a su propio lenguaje musical, acercándose a sus raíces sonoras. 


Tocó con los Milky Brothers entre el 2009 y el 2011, año en que se sumó al grupo español Marcalma. Actualmente toca la guitarra solista en la banda mexicana Los Inmortales S.A. Ya sea en el rock, como en registros más acústico, Alan se ha mantenido siempre fiel a un estilo propio, en donde se perciben las influencias de los grandes clásicos del género (Pink Floyd, Led Zeppelin, Creedence Clearwater Revival). El tiempo le ha tratado muy bien; se le nota tranquilo, en paz y orgulloso de sus logros. Los fantasmas de la fama, las injusticias y los excesos no se perciben y al contrario, le muestran como un soldado del rock & roll, curtido en mil batallas, que es capaz de mirar atrás con serenidad. Como es natural en él, nos atendió como su patentada amabilidad y sencillez desde su México querido, regalándonos trazos de su vivencias a través de esta entrevista. El Azteca de Oro bien vale su peso. 


Ricardo Portmán: Muchas gracias por atendernos Alan. Es un honor para nosotros tenerte en Ecos del Vinilo. Cuéntanos ¿Cómo está Alan Boguslavsky hoy en día? ¿Humana y espiritualmente en cuál etapa vital estás?
Alan Boguslavsky: Me encuentro en un momento muy bueno de mi vida, con mucha paz, y  mucha música,  a punto de empezar una nueva etapa como maestro lo cual me llena de alegría, poder compartir tantas experiencias y conocimiento…
RP: Desde el mochilero que tocaba la guitarra en Florencia por monedas hasta el Azteca de Oro. Una larga vida de músico. ¿Qué te hizo mantener los pies en la tierra ante tantos contrastes? ¿La fama es tan malvada como la pintan?
AB: La fama es peligrosa, yo lo viví en carne propia durante la gira del Espíritu del Vino, perdí el suelo, me perdí de mi mismo… recuerdo que al terminar esa gira me miré al espejo y me pregunté quién era ese imbecil que veía reflejado, afortunadamente volví a mi esencia… de ahí me he mantenido fiel a mi persona..
RP: ¿El Huitlacoche sería una propuesta musicalmente viable hoy en día?
AB: No creo, aunque aun tengo contacto con Gustavo (bajista-cantante) e incluso hablamos de hacer un nuevo disco, lo veo difícil más no imposible…
RP: Para muchísimos seguidores tu siempre serás un Héroe (portadas e injusticias aparte). ¿Te sientes querido por los fans por tu pasado en HdS?

AB: Sí y mucho, aunque siempre hubo quién no vió con buenos ojos mi entrada a la banda.
RP: ¿Qué recuerdos te trae un platillo llamado «Avalancha de pastas con salsa de Héroes«? (Nota: Alan cocinó junto a Bunbury en el programa Gustock de MTV en 1996)
AB: Un muy buen rato de cocina y canciones, un pequeño accidente con los cuchillos (jajaja), y una muy bonita versión de «En los brazos de la fiebre».
RP: Avalancha y Días de Borrasca son tus canciones para el disco «Avalancha» de HdS. ¿Cuéntanos como llegaste a esos temas? ¿Algún jugoso detalle musical para los completistas?
AB: En esa época escuchaba mucho a Stone Temple Pilots, Soundgarden y varias bandas de grunge, creo que de ahí sale la inspiración, riffs sólidos y estribillos potentes…
RP: En aquellos días de vertigo habrás conocido algún gran músico de los de siempre ¿A cuál artista te hizo más ilusión conocer?
AB: Definitivamente Robert Plant, del cual recibí una lección de humildad invaluable, al igual que de Leonard Cohen…
RP: Una vez finiquitados los HdS, seguiste con Bunbury en el proyecto Radical Sonora. Si algo define y le dio carácter a ese disco fue tu enorme trabajo a las guitarras. ¿Cómo te planteaste tu labor como guitarrista para ese disco?
AB: Para mi fué un reto que acepté con gusto e ilusión, todo el apartado de guitarras para mi, y con total libertad para la experimentación, buscar romper con formas clásicas, jugar con efectos, crear sonidos, reinventar la guitarra…
RP: En un parón de seis meses (entre Radical y Pequeño) montaste Bogusflow con Copi Corellano, Ramón Gacías y Del Morán. Sabemos que se quedaron por fuera del disco muchas canciones. ¿Te has planteado hacer algo con ellas en plan solista? ¿Has logrado hacer andar el mini disc con el concierto de Bogusflow?
AB: Por fin conseguí un mini disc, ahora queda el arreglar en lo posible el audio…es verdad que ese concierto está lleno de joyas aún sin publicar…
RP: Hace no mucho pudimos ver un video de Bogusflow tocando «Mail» en un plató, contigo a la voces junto a Copi y Ramón. ¿Mantienes contacto con ellos?
AB: Sí, aún nos escribimos y cuando Enrique esta de gira me veo con mis antiguos compañeros…
RP: Has comentado en alguna entrevista que te consideras un artesano de la música. Eso nos lleva a tu disco The Art Of Waiting del 2002. ¿Qué significa este disco para ti?
AB: Como bien escribí en el libreto, fue un manifesto de mi existencia, un momento de mucha inspiración en mi vida, y de alguna forma una purga de sinceridad.

RP: Se te relaciona visual y musicalmente con esa hermosa guitarra Gretsch Silver Jet. ¿Es ésa tu guitarra favorita?
AB: Hasta hace poco sí, la cosa es que recibí una guitarra Music Man Axis Super Sport de patrocinio, y debo de confesar que casi no la suelto… pero si, ¡Mi Gretsch es mi Gretsch!
RP: Eres conocido como un buen melómano. ¿Cuál fue el primer y el último disco que te compraste?

AB: El primer disco que pedí con escasos 4 añitos fue un sencillo de 45rpm de los Creedence, y creo que el último fué el «Bad As Me» de Tom Waits junto con el documental “Searching for the sugar man” de Sixto Rodríguez…
RP: ¿Cuál canción mítica, de cualquier época o grupo, te gustaría haber compuesto?
AB: Time de Pink Floyd…
RP: Hay una anécdota que te une con Bob Ezrin y el disco Wildflower de Tom Petty. No te arrugas ante nadie para defender la música que te emociona ¿Nos cuentas más?
AB: Me gusta ser una persona honesta y transparente, aparte Bob es el tipo de personaje con la cual uno puede serlo. Creo que la sinceridad y la humildad son valores que nos acercan más como seres humanos…
RP: En septiembre del 2012 compartiste escenario con Enrique Bunbury para tocar Apuesta por el Rock & Roll. ¿Cómo lo viviste?
AB: Estar en el escenario con un amigo de batalla, al igual que la gran banda que es Los Santos Inocentes en el Palacio de los Deportes fue muy emotivo, un reencuentro muy especial, lo disfruté cada segundo…
RP: Milky Brothers. Marcalma. EBA. Flautas Lakotas… lo de acomodarse en la rutina no es lo tuyo. ¿Qué mantiene vivo el empuje por componer y por subir al escenario?
AB: Mi amor por la música y sus infinitas formas, es mi vocación y mi oficio, a parte de la bocas que hay que alimentar en casa…
RP: Ahora estas con Los Inmortales S.A. ¿Cómo es tu experiencia en la banda?
AB: Empiezas con una nueva banda y comienzas de cero, a picar piedra, a llevar tu propuesta a dónde sea posible, a trabajar duro… Siempre es bueno volver a las raices, te pone en perspectiva…
RP: ¿Cómo ves el panorama rock en Latinoamérica?
AB: No hablaría de un panorama Latinoamericano, te hablaría más bien de lo diferente que es el mercado de la música hoy en día, nosotros los músicos estamos en una encrucijada tremenda, hoy en día la gente piensa que la música es gratis, o casi, la ventas de discos no son negocio para nadie, las plataformas digitales son un gran escaparate cierto, pero es por donde se fuga casi todo nuestro sustento… ahora las bandas venden sus discos en sus conciertos, venden su merchandising, y de ahí  es de donde hay algo de ganancia… resulta que ahora debo de hacer canciones para vender T-Shirts y tazas de cafe con el logo jaja!


RP: ¿Qué música nueva escuchas?
AB: Ahora escucho a Tame Impala, recomendación de mi hijo…
RP: Para terminar ¿A cuál músico legendario regresarías a la vida desde ultratumba?
AB: A Robert Johnson…
Agradecidos por tu tiempo y amabilidad Alan y un abrazo a la distancia. Viva el rock & roll.

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